LOS DERECHOS INHUMANOS EN FORMOSA
Formosa
es un feudo. El autoritarismo que allí se ejerce se basa en el miedo que
contagia al proceso electoral y desde la acción de Gobierno. Hace ya mucho
tiempo que su Democracia se deformó en un juego uni-personalizado de
supremacías electorales impuestas, incluso mediante prácticas electorales
fraudulentas, y mayorías plebiscitarias condicionadas. Su gobernador no
reconoce derechos y su Poder Judicial no habilita garantías para desplazar los
obstáculos que impiden el ejercicio pleno de esos derechos.
Nuestro
Presidente, en ejercicio de un Estado insensible e indiferente frente a los
abusos en la Provincia, aplaude y pondera el estado de cosas y legitima aquel
proceder. Es el producto de una especulativa irresponsabilidad institucional,
impropia de un Estado republicano y democrático. La responsabilidad de Estado,
la legitimidad de representación (incluso, hasta la propia legalidad), la
seriedad gubernamental y, por extensión, toda acreditación de la confianza
pública, brillan por su ausencia.
Los
organismos de Derechos Humanos afines al Gobierno reproducen la hipocresía y
callan frente a los atropellos de la represión, las balas de goma disparadas a
mansalva y el confinamiento carcelario del aislamiento. Es grave,
institucionalmente grave. Los Derechos Humanos, por definición, son
universales. Y es una inmoralidad, justamente de aquellos que han luchado y
luchan por una causa de tal dignidad, reivindicar Derechos Humanos con sesgo de
parcialidad política o de conveniencia.
Los
diputados, senadores y funcionarios del oficialismo, otrora tan legítimamente
activos en casos de abusos perpetrados por otros, denuncian que los medios de
comunicación son responsables de distorsionar y tergiversar los sucesos de
Formosa, cuando su violento correlato está a la vista de las cámaras de la TV.
Decretos
dictados por el Gobernador Insfrán subordinan a la mismísima Constitución y
relegan los instrumentos internacionales, alterando su jerarquía e imperio.
Los
acontecimientos son dramáticos y, sin embargo, tanto el oficialismo provincial
como el nacional, buscan minimizarlo. Con el pretexto de la pandemia y el
aislamiento social y preventivo, se imponen detenciones sin causa,
persecuciones, hacinamientos, secuestros de personas, exclusión de domicilios
legales, represión, violencia, discriminación de poblaciones vulnerables y
hasta la reducción de ciudadanos a formas de virtual esclavitud.
EL
MOVIMIENTO NACIONAL DE LA MILITANCIA RADICAL CONDENA CATEGÓRICAMENTE EL
AUTORITARISMO PREBENDARIO QUE SUSUTITUYÓ A LA DEMOCRACIA EN FORMOSA. CONDENA LA
IRRESPONSABILIDAD INSTITUCIONAL DEL GOBIERNO NACIONAL EN NO RECONOCERLO Y EN NO
APLICAR LOS REMEDIOS A ESOS ABUSOS QUE LA CONSTITUCIÓN DE LOS ARGENTINOS
CONTEMPLA. Y HACE UN LLAMAMIENTO: CONVOCA A TODOS LOS HABITANTES Y
CONCIUDADANOS, A SUS PARTIDOS POLITICOS, ORGANIZACIONES EMPRESARIALES Y
GREMIALES, ENTIDADES NO GUBERNAMENTALES Y A LOS PROPIOS MILITANTES PERONISTAS,
A DENUNCIAR LA CONDUCTA ANTIDEMOCRATICA Y ANTIREPUBLICANA DE GILDO INSFRÁN
Movimiento
Nacional de la Militancia – MNMR. Junta Ejecutiva
8
de Marzo de 2021
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