La emotiva carta de un ex director a los chicos que terminan la secundaria
Inspirado en una nota de La Capital, le escribió un texto a los alumnos y alumnas del quinto año del Instituto Zona Oeste.Por Matías Loja
Después de poco más de una década al frente del Instituto Zona Oeste, a principios de año Arístides Alvarez se jubiló de la docencia. Alcanzó a despedirse de sus alumnos de manera presencial en los primeros días de marzo, cuando la pandemia aún no había sido declarada. En aquella oportunidad recibió una afectuosa carta de sus alumnos y alumnas de quinto año que guarda como un tesoro. Hasta que hace poco vio en el suplemento Educación de La Capital la experiencia realizada por docentes del colegio Madre Cabrini, quienes le escribieron de puño y letra cartas a quienes terminan el secundario (ver “Cartas manuscritas, un gesto que acerca en tiempos de cuarentena”, del 8 de agosto de 2020). Esa nota lo inspiró a devolver el gesto y escribirle a sus alumnos. Acompañarlos en este año atípico donde finalizan un ciclo. Un gesto de cercanía en tiempos de distanciamiento social.
“Apóyense en sus afectos, en la familia, en los amigos y en los que los queremos bien. No se alejen, no se encierren en la soledad”, dice en uno de los párrafos el texto de quien fuera director del nivel medio y superior del Zona Oeste entre 2009 y marzo de este año. “Los contenidos pasan a un segundo plano, la prioridad es acompañarlos en este tramo final donde se mezclan alegrías y tristezas, y la elección de su futuro”, dice el docente a La Capital.
Para el profesor, la cuestión emocional siempre es clave en quinto año, pero en esta situación se potencia mucho más. “Pasa siempre, porque saben que a muchos compañeros no los van a volver a ver y quizás muchas cosas no van a poder vivir por esto de la no presencialidad”, agrega.
Fue en ese contexto que el ex director hizo la carta. Y la respuesta que recibió le hizo saber que era necesaria. Una alumna le escribió diciéndole que el texto los sensibilizó mucho y que algunos estaban realmente muy bajoneados. “Por eso —agrega— la carta es también un mensaje de esperanza, de decir que en algún momento nos vamos a juntar y vamos a tratar de recuperar esto que no han podido tener”. A continuación, la carta completa:
"No se encierren en la soledad"
Queridos alumnos de 5to año del Instituto Zona Oeste (IZO):
Hola chicos, ¿cómo están?, resulta al menos prejuiciosa hacer esta pregunta en estos tiempos de pandemia. Las respuestas son “acá andamos, transitando esta maldita pandemia”.
Les escribo (y me hubiese gustado una carta de puño y letra ) para de alguna manera estar cerca de ustedes. Sin dudas ustedes —como todxs los alumnos de los últimos años de los distintos niveles de enseñanza— han sido y son los más afectados por esta inesperada y prolongada pandemia mundial. Un año donde seguramente habrán tenido un montón de planes y expectativas truncadas por la situación.
Después de haber transitado juntos 4 años de escuela secundaria (los cuales tuve la dicha de ser su director), había llegado el quinto año, el de los cánticos y festejos, de los viajes, de la fiesta de graduación, del kiosco para juntar unos mangos, de los buzos y remeras, de “gozar” a los otros cursos con el derecho que les daba ser “los más grandes” de la escuela. También el año de los planes y decisiones para ver qué seguir estudiando o qué trabajo buscar para la nueva etapa que se avecina.
Un año donde las nostalgias y los recuerdos se mezclan con las alegrías y festejos por un ciclo cumplido, el del secundario. Un año de peleas y amistades, de alegrías y fracasos amorosos, en fin un año de emociones a full.
Un virus desconocido lo complicó todo, no solo a ustedes, a todo el mundo. Ahora bien, ¿qué hacemos?, ¿nos quedamos llorando encerrados? ¿O le ponemos el pecho y enfrentamos la situación mirando el futuro? Creo que ahí es donde debemos todxs y ustedes fundamentalmente con una vida toda por delante, apostar con optimismo y superar esta etapa adversa.
Apóyense en sus afectos, en la familia, en los amigos y en los que los queremos bien. No se alejen, no se encierren en la soledad. Manténganse conectados para que cuando esto pase puedan volver a reunirse y hacer todas las cosas que quedaron pendientes (cantar, festejar, disfrazarse, reír, abrazarse, llorar, despedirse). Nada de eso debe quedar sin hacerse. Seguramente el IZO tendrá las puertas abiertas para que puedan hacerlo cuando esto pase.
Recuerden los hermosos 4 años vividos en el IZO. Yo los recuerdo y los llevo siempre en mi corazón, cada vez que pasaba por el curso y los saludaba, ¿cómo están?, ¿todo bien?, y si me permiten recordar como les insistía hasta el hartazgo con que canten el himno en los actos, con la escarapela, con que no se hagan bullying, con que se cuiden en las redes sociales, con que sean solidarios, empáticos, buenos compañeros más que buenos y brillantes estudiantes.
Lamento no haber compartido este año con ustedes. Pero prométanme que aunque ya no sea su director, me invitarán a los festejos o reuniones que puedan hacer cuando se permita.
Sean sobre todo buenas personas, orgullosos de haber sido alumnos del IZO, de haber sido mis alumnos.
Que siempre, pero siempre, recuerden que no hace falta reírse o burlarse de otros para pasarla bien.
Que es posible decir y recordar que “si nos reímos, nos reímos todxs”.
Recuerden a John Lennon, “la vida es algo que nos pasa mientras estamos haciendo otras cosas”. No la dejen pasar, disfrútenla intensamente, aunque sea en tiempos de pandemia.
Los quiero mucho, sean felices.
Arístides
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