Aborto: entre eufemismos y vacíos
La llamada Ley de Interrupción voluntaria del
embarazo, es en realidad de aborto porque lo que se interrumpe se puede también
seguir, pero en este caso eso es imposible.
Otro de los eufemismo terribles
es el de “persona gestante”. Esta definición deja excluidos tan solo a los
hombres, los travestis, los transexuales, los transgéneros, y a las mujeres que
no tiene capacidad de gestar, dejando exclusividad para las mujeres con
capacidad de gestar, de quedar embarazada, por lo cual la mayoría de las
mujeres quizá quedan también afuera de esta condición. Ante tanto “inclusivismo”
llama la atención el núcleo de poder para arrogarse el distintivo de persona, (¿en
detrimento del resto?) y gestante. Mi madre y mi abuela que gestaron y ya no lo
pueden volver a hacer por razones biológicas, les juro, siguen siendo personas.
Yendo a la Ley hay dos puntos
que me parece importante observar: el aborto no debería ser una práctica
habitual, cosa que no está reglado. Es decir, si una mujer se encuentra en
situación de aborto, como prefiero pensar basado en mi íntima convicción la mayoría
absoluta de las mujeres que van a poder hacer uso de esta ley si se promulga no
están de acuerdo con el aborto. Vale decir, que una mujer aborte en reiteradas oportunidades
si no peligra su vida o la de su “embrión o feto” debe ser observado entre
ciertos parámetros. Y para poder ver estas cosas las prácticas abortistas deben
ser realizadas dentro de la salud pública, entendiendo que solo el sistema
público de salud puede hacer un seguimiento de esto. Puesto que podríamos estar
ante situaciones de violencia de género.
Tampoco, y en tanto la
violencia de género, no veo que se genere un espacio, privado, íntimo, que le dé
a la víctima que ahora se encuentra en situación de aborto, donde pueda hacer
una denuncia de abuso o violación que automáticamente genere el resguardo del material
de genético para probar e imputar al violador. Se debería pensar en función de
poder hacer justicia y además de un aborto, poder encontrar al violento que
podría ser en poco tiempo ser juzgado y llevado preso.
Esta ley y ninguna de las anteriores
promovían ni promueven el aborto. De la misma forma que la de matrimonio igualitario
promovía el casamiento ni la de divorcio vincular promovía los divorcios. No estoy a favor del aborto, pero si creo en la
necesidad de una ley que despenalice a la mujer en situación de aborto. Las cosas
por su nombre, sin eufemismos y empecemos entendernos mejor.
Ricardo D. Fernández
DNI 17981581
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